miércoles, 15 de enero de 2020

Estos parásitos - Micaela Aquino

¡Ya nos los aguanto más! Son insoportables, todos son iguales, tan, tan, ruidosos. Ah… A veces me pregunto cómo hace para soportarlos. A pesar de que siempre le hacen daño, los perdona. ¿No se da cuenta que de seguir así la van destruir? ¿Los ama tanto como para soportar cada golpe, cada herida, cada grieta? La verdad, no la entiendo para nada, a veces creo que ella está loca. Él  siempre se preocupa por ella (aunque yo sea más pequeña y diferente a ellos), dice que un día de estos los va a destruir a todos ellos, pero sé que no lo hará, ya que si los lastima también la lastimará  y él la aprecia mucho como para lastimarla
Yo no puedo sentir el mismo amor que siente ella. Aunque estemos vinculadas, no lo siento. Al contrario, siento un gran odio hacia esos “parásitos”. La primera vez que los vi me pisotearon y me pincharon, eso me dolió un montón, pero ella dijo que con el tiempo me acostumbraría,  seguro…acostumbrarme a que me lastimen, ni que fuera masoquista. Desde el primer encuentro siempre traen unos aparatos para estudiarme, son chiquitos y los ponen en mí, a veces dan coquillas o picazón, pero con el tiempo te vas acostumbrando. A pesar que ellos parecen estar interesados en mí, apenas vienen y siempre que vienen se llevan un pedacito, la verdad no me duele, pero siento que voy a extrañar esos pedacitos que estuvieron conmigo desde que tengo conocimiento (muchos, muchos años de conocimiento). Uno de “ellos” (el de los anillos) me explicó que antes de que ella tuviera a esos “parásitos” hubo alguien más que los tuvo, pero por culpa de la violencia, de su falta de responsabilidad, por su codicia, “el” terminó en un estado tan crítico, que perdió todas las cosas que él amaba. Todo su paraíso se transformó en una tormenta de fuego que lo empujó a la locura, por lo cual decidió llevárselo. Desde entonces siempre lo tiene cerca,  ya que es el único que lo puede controlar. Le pregunté una vez qué había pasado con los “parásitos”
-¿Ellos? Ellos solo se fueron, se fueron sin mirar atrás, dejándolo solo, herido, moribundo, hasta que la encontraron. Ten por seguro que si ella no los destruye primero, ellos lo aran, y… eso no solo le dolerá a ella
-Pero… ella los ama, estoy segura que preferiría morir antes que matarlos.
-Sí, los ama… pero ese amor la terminará matando. Te lo diré una vez más por si no lo entendiste, cuando ellos no encuentren más beneficios, cuando no le sea más “útil”, cuando sea un estorbo, ahí se van a alejar de ella, pero hasta que eso no pase la seguirán matando poco a poco. Lenta y dolorosamente. Y luego dicen que ellos la aman. ¿Muy hipócritas, no lo crees?
-La verdad sí, más que hipócritas son basura, basura que tendría que desaparecer.
-Ten cuidado, puede que la próxima vez vayan por vos, ya empezaron a estudiarte, ¿o me equivoco?
-No voy a dejar que me invadan como a ella.
-Pues ya lo hicieron y más de una vez.
-Eso… eso no cuenta, solo vienen y se van, no hacen lo mismo conmigo que lo que hacen con ella. Además no soportan estar conmigo por mucho tiempo, son tan frágiles, me da asco que sean tan frágiles pero que puedan hacer tanto daño.
-Sí, son tan frágiles pero tan letales. Bueno, no importa, solo… cuídate y no bajes la guardia ¿sí?
     -Mm… está bien, si vos lo decís, tendré “cuidado”. Bueno, te dejo, el eclipse va a terminar, y tengo que volver a mi lugar, te veré en ¿50 años?
-Mm… no me acuerdo, pero espero que todavía vivas para entonces, pequeña.
Eso fue hace tanto tiempo. ¿Cuántos años pasaron desde entonces? Siempre que lo veo evita el tema de los “parásitos”. Últimamente vienen más seguido y traen más cosas, dicen que quieren venir a vivir aquí. Pero eso no me importa en este momento ya que hoy es un día especial, por fin la podre ver, la última vez que la vi se veía tan débil
-Hola ¿cómo estás?
-Ah, hola pequeña, estoy bien como siempre, je.
-Sabés que conmigo no tenés que fingir, sé que estás mal en todos los sentidos, recordá que soy parte de vos, te conozco mejor que nadie.
-Sí, tenés razón, sos la que mejor me conoce.
-No cambiés el tema, no respondiste mi pregunta.
-Querés que te sea totalmente sincera -su mirada, por alguna razón me preocupaba, sentía que lo que me dijera me dolería.
-Sí, quiero que lo seas.
-Yo… voy a desaparecer, no me queda mucho tiempo, tal vez unos 200 años más pero dudo que pueda resistir más de eso.
-Di… dime… dime que es una broma, dime que… es ¡solo una maldita broma!
-Lo siento, pero no es una broma. Aunque… me gustaría que lo fuera.
-…Es por ellos, ¿verdad?
-Eso…
-Fue su culpa ¿no es así? Lo sabía, sabía que tendría que haberme desecho de ellos, pero no lo hice, no lo hice porque tú los querías, tú me dijiste que no los tocara. ¿Para qué? ¡¿Para que terminaran por matarte!? ¿Para eso?
-Yo les permití hacer esto, porque los quería, los quiero y los querré siempre. Cueste lo que me cueste, yo los seguiré amando.
-¿Amarlos? ¿En serio? Me estás jodiendo. ¡Ellos son solo unos parásitos que te están matando! No, no te están matando, ellos ya te mataron.
-Sí, puede que tengas razón. Pero no me arrepiento, porque fue hermoso verlos crecer, reír, verlos ser tan, tan humanos, cosa que ni tú, ni yo podremos ser, ya que siempre seremos planetas, ¿no es verdad, Luna?
-Primero, soy un satélite. Segundo, nada dice que los planetas no tengan sentimientos, y lo sabés muy bien ¿o me equivoco, Tierra?
-No, no lo hacés pero mis sentimientos me dicen que los proteja.
-Qué sentimientos más estúpidos tenés, tan vos.
-Sí, pero al fin y al cabo son míos.
-200 años pasan volando para nosotros, ¿lo sabés, verdad?
-Sí, lo sé, por eso quiero que estemos juntas, lo poco de tiempo que me queda.
-Si es lo que quieres, lo haré, no pierdo nada, ya… no tengo nada que perder.
Después de eso estuve más tiempo con ella hablando, riendo, se sentía tan, tan “humano”, pero así como de corta es la vida de los humanos, así de corto fue nuestro tiempo juntas. El día que ella desapareció todos los planetas se reunieron y dejaron algo de ellos en los restos de lo que alguna vez fue la Tierra. Saturno dejó uno de sus anillos, Marte una de sus lunas, sol un pedazo de él y yo… Yo, ¿qué le podría dar? Yo era su luna, una pequeña luna. Lo único que pude hacer por ella fue dejar que estos parásitos vivieran en mí, ya que ese fue su último deseo: “que solo unos pocos humanos vivan en ti. Por favor, prométeme que lo harás, prométemelo”.
Fue lo que dijo antes de explotar. Así lo hice. Solo unos pocos humanos viven en mí, pero… sé que es temporal, sé que mientras pase el tiempo serán más y más, hasta llegar al punto en que no lo soporte y también me destruyan, cuando eso pase ¿podré verla otra vez? Los humanos dicen que después de la muerte hay otra vida. Si eso es verdad, espero volver a verla y decirle que cumplí mi promesa y los protegí hasta mi último día, hasta entonces solo cuidaré de estos “parásitos”, mis “parásitos”.